Le di alas a mis manos y estos dedos pluma sólo escriben tu nombre,
Bebí agua de tus labios y humedecí de amor,
Escuché tu dolor y derrumbé mi muro,
El cese de la lluvia, pintó el
cielo a color.
Rompí nuestro silencio, pero no hallé respuesta,
Un grito desbordado, enmudeció mi voz,
Arranqué mis pupilas, a fe que no me vieras,
El no verme en las tuyas, me cegó de dolor.
Dale alas a tus manos y escribe, dedos pluma,
Dibuja con tus letras, irisa mi interior,
Brotarás como flor arrancado entre versos,
Regarás mi interior como riego tu amor.
Te leeré con la inocencia de millones de niños,
Te absorberé desnuda, como se hacerlo yo,
Hambrienta de tus letras, me vencen tus silencios,
Viaja y surca entre letras, necesito tu voz...
"Arranqué mis pupilas, a fe que no me vieras,
ResponderEliminarEl no verme en las tuyas, me cegó de dolor."
Condensaste una inmensidad de sentimientos, en tan solo esas dos líneas... amor, dolor... ¿irán siempre de la mano?
Besos Juliette.
Nunca pensé que el amor hubiese de ir cogido de la mano del dolor imprescindiblemente aunque lamentablemente parece ser que en algunas ocasiones así es.
ResponderEliminarLlámame ñoña, pero siempre creí que el amor había de ser " sincero,bonito, bueno, recíproco, transparente, único, mágico, especial, sentido, confidente, natural... Que debía ser él mismo, y que debía caminar siempre de la mano de otro amor.
Creo dolor aparece cuando al gritar amor escuchas el eco y no otra voz gritando contigo amor.
Un beso Magda ;)