Dentro de una mañana cabe un beso de despedida, uno de bienvenida y algún que otro café. Caben las llamadas de teléfono, las risas compartidas y dos vidas paralelas. Dentro de una mañana cabe toda la muerte y toda la vida. Dentro de una mañana cabe una mancha amarilla, un pez algodonado y un buen baño. Dentro de una mañana cabe un bocadillo de tortilla, una partida de poker y un jaque mate, también cabe un reducto, un poema y más de una canción. Dentro de una mañana cabe la trama de una novela, el final de un puzzle y el principio de un árbol. Dentro de una mañana cabe un paseo por la playa, unos pies descalzos y unos brazos firmes; una cuchilla de afeitar, un secador de pelo y la ropa tirada por el suelo. Cabe un cuerpo desnudo, un sudor desbordado y un orgasmo. Dentro de una mañana, caben varios pinceles, tubos de acuarela y un lienzo vírgen. Dentro de una mañana cabe algún pensamiento, todo el sentimiento y varios mundos.
Dentro de una mañana cabe el fin de una noche, la extensión de los sueños y un amanecer. Cabe el respeto, la cercana distancia y un melódico silencio dentro de una mirada. Dentro de una mañana cabe la libertad.