Hay labios que sienten, saborean mientras digieren sus palabras. Entretanto su mirada , más allá de ver... tan solo, lee, escucha, siente y escribe...

sábado, 1 de diciembre de 2012

Une histoire sans fin



Un día más se sentó frente al cuaderno en blanco. Pasaba largas horas frente a él. Cualquiera que la viese pensaría que le dedicaba una oración ya que su mano, pluma en ella permanecía quieta, separada por la hoja apenas unos milímetros, sin llegar a rozar la superficie. Ni siquiera una fecha a pie de la primera página. Lo cierto es que hacía tanto tiempo que sentía, que ya apenas lo recordaba.
Frente a la ventana, parecía evocar algo que llegara a su mente, pero inmediatamente giraba sus ojos hacia a dentro y era entonces cuando sus manos empezaban a temblar, sin dejar rastro. Jamás empezaba por la misma página.
Un día, inmersa en su oculta escribanía, se acercó su pequeña a preguntarle:
 
- ¿ Mamá, por que pasas horas frente a un libro en blanco y sin embargo, aunque no escribes en él, cada día al cerrar los ojos empiezas una nueva página?
 
- Es fácil hija. Escribo para el corazón lo que me dicta.
 
- ¿ Y por que no lo plasmas en el cuaderno?
 
- Por que la historia de mi vida, no recuerdo exactamente cuando ni como empezó, era demasiado pequeña. Ahora que sigo siendo pequeña, prefiero seguir sintiendo hasta el final, por eso no es para mi tan importante escribirla...
 
- ¿ Y entonces...?
 
- La continuidad, si decide,  la escribirá.
 
- ¿ Y que es la continuidad?
 
- Continuidad eres tú. Tus hijos. Los hijos de ellos y así sucesivamente mientras haya de ser...
 
- ¿ Y si ninguno escribe?
 
- No es importante que la escriban... Lo verdaderamente importante , es que la sientan, que se sientan ell@s mismos...
 
La vida en muchas de sus manifestaciones denota una existencia interminable, aún quedando exenta de su perpetuidad infinita "