Hay labios que sienten, saborean mientras digieren sus palabras. Entretanto su mirada , más allá de ver... tan solo, lee, escucha, siente y escribe...

lunes, 8 de julio de 2013

Sobre los tejados I



Aquella calurosa mañana aun siendo temprano,  los tejados ofrecían un variopinto despliegue de colores.

Marie, había saltado de la cama como si algún resorte la hubiese empujado a hacerlo antes que de costumbre y admiraba las casas adyacentes como si fuesen un inmenso campo de pensamientos. Entre pequeños sorbos de café a intervalos de caladas, sonreía pese a haber decidido no formar parte todavía de aquél precioso jardín. Adoraba el sol y no quería desplegar su sombrilla hasta sentir su piel ardiendo pese a saber que no era adecuada una prolongada exposición.

Mientras liaba otro cigarrillo, recordaba  los veranos pasados y jugueteaba en su cabeza dando forma a los futuros, sin pensar que aquello tal vez era una pérdida de tiempo, porque según se mire, nada lo acababa siendo … Pero su imaginación no entendía de pérdidas y Marie, siempre veía el medio lleno aunque no fuese especialmente positiva. Era una de las cosas que había aprendido de la vida. Todo ocurría siempre por algo, incluso en la imaginación.

Se sumergió en una hinchable que ocupaba parte de su espacio en aquél ático. Estar allí, era como regresar al útero materno aunque sin las cadenas que profieren el cordón umbilical. Una vez dentro, su cabeza parecía desprenderse de ella y se elevaba como un globo por el inmenso azul. Era uno de los lugares donde se sentía en calma.
Marie, demasiado frágil y aparentemente quebradiza era una mujer fuerte.  Había lidiado con la muerte, con el dolor y con la soledad,  sin embargo la vida también le había regalado felicidad, amor y la extraña sensación de jamás sentirse sola.
Mientras vagabundeaba por las calles coloreadas de su fresco pensamiento, escuchó su nombre. – Marie, Marieeeee !!!!!


Sin abandonar del todo su letargo ondeó su vista. Al no ver a nadie, pensó que aquella vocecita sería fruto de su imaginación o tal vez de su prolongada exposición al sol, entonces, una flor, cayó dentro de aquél pequeño útero…




6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí, creo que si consigue salir de la piscina, seguirá escribiendo, jajaja.

      Besos

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  2. Respuestas
    1. Puede...
      Toro, no serás tú el vecino pesao que asoma siempre la cabecita hasta mi terraza pidiendo papel??? jajajaja

      Besos

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  3. Recuerdo los largos que me hacía al principio en el líquido sinovial. A veces hasta me tiraba de cabeza desde la membrana que lo envolvía. Desgraciadamente seguí creciendo y los largos se convirtieron en cortos. Un día noté una luz inmensa, logré abrir los ojos un poco y vi a un tipo de bata blanca, calvo y con gafas. Luego noté que me daba un golpe en las cachas y pensé: "jodó, empezamos bien la vida". O al menos creo que lo pensé... no sé :-(

    Un besito refrescante!

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  4. Ja, ja, ja, refrescante no, me he " quedao helá"!! Aunque yo, ahora que lo dices, no sé si pensé " acabo de llegar y ya me están metiendo mano, jodo!!

    Un besito refrescado!

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