Una vez mientras admiraba a una hormiga me sorprendió su fuerza descomunal frente a la fragilidad de su esqueleto. Así mismo, contemplé la trayectoria del vuelo de un ave que no dejó rastro. Tal vez, así son las palabras...

Hay labios que sienten, saborean mientras digieren sus palabras. Entretanto su mirada , más allá de ver... tan solo, lee, escucha, siente y escribe...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En mis primeras citas, llegando a la página cien y sin gustarme lo que leía, me empeñaba en llegar hasta el final. Ese "error" lo he corregido con el tiempo. Si no me va, no me va.
ResponderEliminar:-)
Un besito casi invisible!
Bueno, creo que existe una cierta tendencia a no abandonar,aunque con los años aprendemos que podemos elegir.
EliminarDe todos modos, en ambos casos, el descubrimiento nos ayuda a conocernos un poco más.
:-))
Un besito sutilmente visible!
Y además el libro no habla sin parar...
ResponderEliminarAunque no por ello, no deje de decir...
Eliminar( A las primeras citas se recomienda llevar mordaza o unas orejas de cera ja, ja, ja) Preferiblemente y en primer lugar, antes prefiero escuchar, siempre se aprende.
Un beso Toro