Ayer, Ahora

La copa permanecía intacta, tan solo penetrada por una intensa mirada y una boca sedienta. Un fluído rojizo vestía su interior mientras una transparencia demasiado obvia la dejaba al desnudo. Su contorno parecía prolongarse desde su interior...

 

Ella la contemplaba. Demasiados brindis contra sus propios muros, demasiados perfiles rotos y un sinfín de cortes en los labios habían logrado en algunos momentos, desfigurar su boca, pero aún y así, seguía siendo bonita. Cuando se sentaba a divagar, le gustaba imaginarse hilando su mirada al vuelo de un ave. Resultaba un logro de evasión de sí misma, alto, muy alto, absorbiendo la totalidad del paisaje y advirtiendo que al aterrizar, podía descubrirse de nuevo envuelta en su trino y zigzagueando en la propia trayectoria de su vuelo, disfrutando de un paisaje menos global y no menos real, vestida con un tic- tac y mascullando el rastro de su estrepitoso aterrizaje. Aquellas escenas, eran las que más la divertían... No siempre empero, aquella era la imagen real. A veces al aterrizar, se percataba inmersa en un magnífico caos. Las flores jugaban al escondite con los escombros, el dolor se hacía llamar poesía y la sonrisa apuntaba con incisivas comisuras a los pies. Un mimo hacía callar al mismísimo mar con algunos pocos sonidos guturales y la luz de las estrellas iluminaban hasta la oscuridad más insondable. Aquellos eran sus días preferidos. Aquél cóctel cruento y ataráxico la hacían sentir viva junto al ayer. Cuando dejó de pensar, acarició la copa con todos sus sentidos, osó levantarla e inició un brindis...

 

El contorno afirma que sus labios no sangran y que ella se hace llamar Ahora. Brindar con el ayer es pura sinergía que hoy brinda etérea e íntima.

 

-¡Por nosotros, que somos uno mismo!

 

 

She Understand.Coque Malla y Alondra Bentley